"Someter a los enemigos sin luchar, ni librar combate alguno. En esto consiste el Arte de la Guerra, y aquellos que lo consiguen son los mejores maestros en este Arte"
SUN TZU – EL ARTE DE LA GUERRA – 150 A.C.
"Ahora los gringos sabrán que los criollos no somos empanadas que se comen así nomás sin ningún trabajo..."
GRAL. JOSÉ DE SAN MARTÍN - Carta al Brigadier General Juan Manuel de Rosas
Se ha escrito mucho, muchísimo sobre Malvinas siendo uno de
los procesos de la Historia Argentina más abordados. Desde distintas
perspectivas ideológico-científicas, con distintos objetivos, desde diversas
especialidades se han escrito miles de obras referidas a los sucesos de 1982 y
sus antecedentes históricos-diplomáticos.
Hay obras técnicas ( específicas de historia militar) y otras más
orientadas a la geoestrategia y geopolítica.
No obstante hay una temática que está presente en muchos trabajos de Malvinas, y en muchos
casos es su centro: La desmalvinización.
Definamos desmalvinización como el proceso de marginación y olvido de la
problemática existente en el Atlántico Sur, que se inició luego de la llegada
al continente de los veteranos. Ésta, sucedida en plena dictadura militar, fue
indigna del sacrificio llevado a cabo por los hombres que combatieron con valor y al máximo de sus
posibilidades. Conocidos fueron los relatos de los ex combatientes referidos a
ese momento penoso.
Pero agreguemos que la
desmalvinización reproduce en una
serie de ideas como: La guerra del general borracho, la ausencia de
equipamiento y preparación de los combatientes, y, por supuesto la idea de los
“chicos de la guerra”. Esta última fue motorizada, incluso, por una taquillera
película de los años 80, y la más recientemente por la obra “Iluminados por el
fuego”. Otra forma de quitar relevancia a la Causa Malvinas es una asociación
directa y mecánica con la dictadura genocida que había usurpado el poder en
1976. Malvinas no sería más que una expresión de las prácticas de violencia que
instauró la dictadura, pero trasladadas a las Islas del Atlántico Sur. No
habría nada que reivindicar que tuviera ese origen, por tanto… Desde ya que la
crítica forma parte de Historia…pero siempre en términos científicos. De hecho
las Fuerzas Armadas, al establecer la establecer la CAERCAS (Comisión de
Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políticas y Estratégicas en el
Conflicto del Atlántico Sur), más conocida como “Informe Rattenbach, empieza un
fuerte proceso de autocrítica que se profundiza con una ruptura generacional
entre los distintos grados de la oficialidad de las tres fuerzas. No escapó a
los subtenientes, tenientes y mandos medios que estuvieron en terreno, la poca
capacidad estratégica de sus altos mandos.
En el surgimiento de la “desmalvinización” pueden existir
varios factores y algunas tradiciones que podríamos pensar típicamente
argentinas…El análisis puramente moral de los procesos históricos, la falta
de lectura y profundidad, esa tendencia
a opinar sin saber… No podríamos en algunos extremos casos descartar la
generosa billetera de Su Majestad Británica, o ese colonialismo ideológico que
caracteriza a una buena parte de nuestra “inteligencia” mediática y académica.
Sumado a esto, contribuye una técnica muy presente en la historiografía
argentina: El silenciamiento de las clases subalternas. En algún momento los
aborígenes, los gauchos, los criollos…Hoy los veteranos de guerra son
“hablados” por muchos otros. Por ello es importante rescatar la profusa bibliografía
escrita por los participantes en el conflicto, tanto cuadros como conscriptos.
El problema de hacerse eco de los planteos desmalvinizadores
es:
a) El de marginar el largo proceso diplomático de 1833 hasta
1982 con sus pocos avances y muchos retrocesos;
b) El de desconocer la provocación británica manifestada en
el episodio Davidoff, como comprueba el mismo informe Franks, que debería
contradecir ciertas hipótesis sobre el origen de la guerra;
c) El de subordinar la voz de los combatientes, civiles y
cuadros, que manifiestan el honor de haber participado en la Guerra y la
negativa a ser caracterizados como “Chicos de la Guerra”, independientemente de
la negativa valoración que efectúan de la “conducción política”;
d) El de suavizar los efectos de Imperialismo inglés y sus
crímenes de guerra.
Consideremos que con el suceso Malvinas, más allá de la conducción
inoperante y de las intencionalidades de la dictadura, se manifiesta la
complejidad de los procesos históricos. Una dictadura occidentalista se
enfrenta a la OTAN… Los jóvenes oficiales observan que con la Doctrina de
Seguridad Nacional los ha convertido en gendarmes de su pueblo, y como
consecuencia de esto se encuentran
estratégicamente no preparados (Si técnicamente) para una guerra convencional.
El pueblo argentino visualiza con claridad las acciones de su mayor y más
constante enemigo en toda su Historia…Inglaterra. Como señaló el gran Teniente Estévez,
en una carta a su hermana, se rompe el encandilamiento con occidente. El pueblo
argentino bien supo escindir a la dictadura genocida, de la Causa Justa de
Malvinas. Carteles y cánticos en la
Plaza de Mayo fueron muy claros al respecto.
Recordar Malvinas es tener conciencia del carácter agresivo
del imperialismo, que hoy nos priva de recursos vitales para alimentar a
nuestros habitantes. Es la existencia de una base militar de la OTAN a muy
pocos kilómetros de nuestro continente. Malvinas nos recuerda también la hermandad latinoamericana que se expresó
en toda dimensión en esos locos años de 1982. Las votaciones en el marco de la
ONU dejaron muy claro quién es quién…
Obviamente desafiar a la gran potencia económica e
inspiradora cultural de nuestras élites no podía quedar impune. Las Fuerzas
Armadas debían pagar esa osadía, y ocupar su lugar en una democracia colonial
como la que inició el alfonsinismo… La de la inexistencia… Ese derrotismo frente
al colonialismo, que denunciaba Abelardo Ramos, característico de nuestras
clases dominantes, es un elemento clave en la perpetuación del "status quo" colonial que presenta nuestro Atlántico Sur.
Parece que siempre será tarea
imposible enfrentar el colonialismo.
Un “aventura irresponsable” digamos…
Una de las tareas fundamentales de un militante es la
formación, el estudio, el debate… Han pasado ya 34 de aquella batalla donde
todas las miserias y la grandeza, la competencia y la incapacidad, se
conjugaron con esa imprevisibilidad que caracteriza a la Historia. En estos
tiempos de desmalvinización macrista los militantes nacionales y populares
debemos debatir Malvinas. Recuperar los diversos aportes que hicieron Ramos,
Eneas Spilimbergo, Rina Bertaccini, Virginia Gamba, Oscar Moro, entre otros…