Medios de Comunicación

"Lobos y Corderos" por José Figueroa



¿Cuántas boletas de luz han llegado a miles de hogares argentinos? Muchas sin duda. Y los corderos han ido a pagar-sin chistar-sumas inconcebibles. Dóciles, sumisos, con un fajo de veinte o treinta billetes de cien pesos, van a seguir yendo a hacer la cola a un pagofacil o a un rapipago.

¿Estallido Social? …no. Van a estallar las ulceras, reinará el sórdido estrés personal que terminará en un infarto o la depresión del yo que desencadenará actitudes suicidas.

Implosión, eso es lo esperable en el mediano plazo. La violencia puertas adentro de cada casa desnudará la carencia de ciudadanía en las masas.

La desensibilización sistemática de la subjetividad mediante los discursos de los medios que co-gobiernan en la Argentina son un factor decisivo en la dominación colectiva. Devaluación, ajuste tarifario, endeudamiento externo, despidos son decisiones gubernamentales justificadas en “La Pesada Herencia K”. La herencia es nuestro castigo.

Gracias a la legitimación mediática del “relato macrista”, sin cuyo arbitrio , esto es, sin envoltorio retórico del aparato comunicacional de dominación más poderoso del que se tenga memoria, no habría sido posible un resultado axiomático, real y es aquí donde radica la eficacia simbólica de un discurso de dominación que ya no se pone en discusión y que hace casi imposible su cuestionamiento. Hay una “voluntad de verdad” en el sentido postulado por M. Foucault, la que no es otra cosa que una justificación para aplastar y dominar, para exigir conformidad y sumisión.

Se ha arrancado al sujeto de sus lazos colectivos y se lo ha devuelto a su vida privada. Si la condición de humanidad esta signada por el hecho de que la inclusión en el mundo humano esta sostenida en que somos herederos y no meramente descendientes, su abolición produce orfandad, no lazo social.

Somos un sueño del pasado que mientras camina escribe una huella en el presente y relanza en cada paso miles de sueños más hacia el futuro. Es así que nuestro paso por este mundo se convierte en compromiso con la verdad histórica, en ejercicio de la ética humana y en transmisión del legado simbólico a las nuevas generaciones.

Hoy, somos corderos a merced de los lobos. ¿Qué hacer? ¿Por dónde empezar?
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