Nacional y Popular

"La Herencia: Proceso de Transformación Popular en Argentina" por Oscar Soto


La historia política de Argentina ha adquirido su fisonomía a partir del proceso económico que ha acompañado al fenómeno político; el desarrollo capitalista que se impuso en nuestro país desde fines del siglo XIX se fue afianzando con el tiempo. El liberalismo y el nacionalismo son expresiones políticas del desenvolvimiento y la forma de acumulación económica a la que hemos asistido como nación Argentina en los últimos años, y desde esta perspectiva realizamos un breve recorrido de los últimos 12 años de gobierno popular en el país.



El gobierno de Néstor Kirchner se caracterizó por la incorporación de un discurso de proyecto nacional y una correlación en sentido práctico de una supremacía de la política frente a la lógica del interés económico como rector, propio de gobiernos anteriores. A una alianza regional estratégica y a la recuperación de una tradición latinoamericanista fuerte, se debe agregar entre sus hitos más importantes la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (2001), pensiones y obras sociales para veteranos de Malvinas (2004), la moratoria provisional (2006) y una de sus políticas más trascendentales a las que hayamos asistido como pueblo: la reestructuración de la deuda externa (2005), en conjunto con la cancelación de la deuda con el FMI (2006).

Luego, con Cristina Fernández, se profundizan algunos ejes del gobierno anterior en políticas sociales, de recuperación de “Memoria, Verdad y Justicia” y de desarrollo económico; la reestatización de Aerolíneas Argentinas y de las AFJP, la Ley de Movilidad Jubilatoria, el programa de repatriación de científicos al país, la participación activa en la creación de la UNASUR. La Ley de Medios Audiovisuales que logra un apoyo masivo de organizaciones sociales volcadas a la comunicación popular, la Asignación Universal por Hijo, la Ley de Matrimonio Igualitario y una serie de medidas políticas como la nacionalización del 51% de YPF y/o  la recuperación estatal de los Ferrocarriles, políticas de un significado elevado para la descomposición social y política de los años 90, las cuales no estuvieron desprovistas de ambigüedades y críticas desde muchos sectores sociales y agrupamientos políticos.

Según los datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la Argentina pasó de tener un valor cercano al 50% de personas bajo la línea de pobreza en el año 2003 aun 17% en 2013.

A su vez, se produjo un movimiento ascendente en la población, dándose un paso de un porcentaje del 24% al casi 50% de clase media en la población argentina. En lo referente a la tasa de empleo del país (esto es, la población ocupada sobre el total de la población de la sociedad), según datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares del Interior, hubo un aumento considerable del 27 al 43% de 2003 a 2013, coincidentemente con el ciclo de políticas kirchnerista. El periodo de la administración de los Kirchner, también ha podido exhibir logros en materia de distribución del ingreso. En el año 2003, el país presentaba una diferencia de ingresos entre el 10% de la población más pobre y el 10% más rica de unas 32 veces, disminuyéndose a 20 veces en el año 2013, - en un contexto de radicalización de la lógica liberal y la acumulación capitalista, en un escenario de desigualdad global, en el que un puñado de países latinoamericanos han logrado esgrimir algunas armas de resistencia al avance de la concentración económica, con algún conjunto de políticas sociales-. Entre los años 2002 y 2012, en Argentina, la distribución del ingreso per cápita familiar mejoró un 21%, llegando a presentar, el país de la devastación neoliberal, una medida de 0,39 del coeficiente de Gini (medida mundial de la distribución de la desigualdad-donde 1 es lo más inequitativo y 0 lo más equitativo-). Además de la enumeración del avance socioeconómico que han generado las iniciativas del kirchnerismo, se torna necesario destacar el importante proceso de desendeudamiento que se propició en el país, pasando de una deuda bruta de aproximadamente 166,4% del PBI en 2003–el total de lo que produce el país en un año-, al total de un 44% del PBI en 2013.

En conclusión, este periodo político ha estado signado en lo económico por la orientación de las políticas hacia el mercado interno, la protección de la economía nacional, el fomento del consumo y la movilidad social. El ciclo kirchnerista está marcado por evocar una disputa acerca del rol del Estado y la política, la legitimación de la demanda de los Derechos Humanos en sentido estricto y genéricamente comprendido y una profunda vocación de independencia económica. Situación que la derecha en el poder intentará, por todos, los “medios” desterrar, tal como es el escenario al que azorados, asistimos en la actualidad.


Con la tecnología de Blogger.