México, 20 de noviembre de 1910, menos del 1% de las familias empoderadas de ese país controlaban el 85% de las tierra cultivables. Una revuelta campesina parecía ser la única forma de parar tanta exclusión.
Brasil, año 1980, un colono llamado Natalio, que había sido expulsado de la Reserva Indígena de Nonoai, instaló un campamento que sería conocido como “Encruzilhada Natalino” en Ronda Alta, Rio Grande do Sul. El campamento que inicialmente lo constituían 50 familias, se transformó en 300 familias y alrededor de 3 mil personas.
Argentina, años 2000 – 2002, las condiciones de explotación agravada en las zonas rurales de Mendoza, el abandono de las fincas, la tecnificación creciente y la falta de acceso al agua, a la tierra y a lo necesario para subsistir, anticipan la urgencia de la organización campesina como forma de contrapesar la exclusión de campesinos y campesinas….
La cronología de la dominación colonial en América Latina ocupa el calendario de punta a punta. El imaginario de sometimiento se ha hecho carne en nuestro continente, desde siempre “los pocos” que poseen “tanto” han ostentado la legitimidad que le otorga el reconocimiento social de sus riquezas. La mirada colonial en la que se formó Nuestra América ha dedicado leyes, letra y sangre para justificar esa posición “legitima” de quienes poseen todo, incluso nuestras tierras.
Sin embargo la larga caminata de campesinos e indígenas desde hace 500 años por América Latina han dibujado los contornos de las resistencias en nuestra región. Ese es, tal vez, el grito más ancestral que configura la identidad latinoamericana: la lucha por la TIERRA. Desde la revolución mexicana, pasando por la conformación del MST en Brasil, hasta el surgimiento de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra en Mendoza, la disputa por el territorio y los derechos de quienes trabajan la tierra sigue siendo la demanda más urgente de la región.
El mundo asiste a la profundización de la lógica más perversa del capitalismo. Más exclusión y más daño a las mujeres y hombres que producen los alimentos de los que se sirven nuestras mesas. El 92,3% de las unidades agrícolas en el mundo son campesinas o indígenas y éstos solo abarcan el 24,7% de la tierra. La tierra tiene dueños por usurpación y no por legítimo derecho. El 17 de Abril es el Día Internacional de las Luchas Campesinas. La Vía Campesina y sus organizaciones miembros a lo largo del todo el globo trabajan por la Reforma Agraria, la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la agricultura campesina sostenible.
Este 19 de Abril la UST-MNCI marcha a las 16.30 hs al Poder Judicial de Mendoza y a las 18.30 hs realiza acto y festival popular en reclamo del cese del ajuste que sufre nuestro pueblo, por la unidad popular y por los Derechos Campesinos. Las organizaciones campesinas convocan en un nuevo 17 de Abril a continuar trabajando para reforzar la soberanía alimentaria, la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad; luchar por una auténtica reforma agraria y una mejor protección contra el acaparamiento de tierras; continuar conservando, usando e intercambiando nuestras semillas; y fortalecer la solidaridad entre los propios campesinos. Esto nos fortalece para defender nuestra tierra contra el interés de las empresas transnacionales, la persecución y la violencia contra los campesinos y contra otras personas que trabajan en las zonas rurales.
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