REVANCHISMO
“Mucho se ha dicho respecto de las persecuciones y los
encarcelamientos, realizados con saña pertinaz de los hombres de la “revolución
de Septiembre”, estarían inspirados en el “revanchismo”.
Lo rechazamos en absoluto. ¿Qué es esto del revanchismo?
Se nos ocurre que quienes han aventurado tal parecer, lo han
hecho con alguna ligereza y sin un debido estudio de los acontecimientos. La
revancha se apareja a la venganza.
¿Pero cómo explicar el encarcelamiento de hombres que nunca
persiguieron ni encarcelaron a nadie? ¿Y el apresamiento de cientos obreros? ¿Y
los hombres del Pueblo perseguidos? ¿Y las organizaciones obreras tomadas por
la fuerza? ¿Y los fusilamientos? ¿Existen hechos, en el pasado inmediato, para
dar pie a una supuesta revancha de esta naturaleza?
En realidad, lo que ha movido estos acontecimientos
desgraciados son dos sentimientos, muy humanos, aunque lamentables. El odio y
el miedo.

El otro factor era el miedo. Las revoluciones viven en el
miedo. Están rodeadas por el temor. Mucho más todavía, en el caso de una
contra-revolución enemiga del Pueblo. Los hombres que ejercen su conducción
viven en el miedo permanente de ser atacados. De ser traicionados. De ser
derrocados.
Esto no es una ocurrencia nuestra. Y todo ello nos afirma en
la idea de no origen en un sentimiento revanchista. Creemos – con verdad – que
todo fue consecuencia del odio y del miedo. Odio de la oligarquía al Pueblo
argentino. Que había efectuado una reforma social igualitaria. Y el miedo de su
propia debilidad. Y de su impopularidad creer que los hechos de los
revolucionarios de setiembre tuvieran su cada vez más creciente.
La generosidad- en cambio – es el rasgo de los fuertes. Por
eso el Pueblo es siempre generoso.
DIVORCIO ENTRE DIRIGENCIA Y LAS MASAS
¿Puede hablarse de impopularidad de la revolución de
Setiembre, cuando con rara uniformidad la han apoyado públicamente partidos
tradicionales de la política argentina? ¿No probaría ello una orientación
democrática y progresista en esa revolución?

Tal apoyo tuvo así un sentido meramente áulico y no un
concurso auténticamente popular.
Esto necesita una breve explicación. El divorcio entre la masa y los partidos políticos argentinos, tomó
categoría de hecho incontrovertible en 1946, cuando sus dirigentes no
interpretaron los ideales de la masa popular. La oligarquía fue entonces la
Unión Democrática.
En esa oportunidad los dirigentes de los partidos, por encima
de los designios del pueblo, se aliaron a la oligarquía – a la que estuvieron
siempre unidos – y pese al apoyo de los intereses imperialistas
internacionales, el Pueblo los derrotó ampliamente en una admirable lección de
civismo y de defensa de lo nacional. Desde entonces, sin distinción, tales
dirigentes vivieron en la conspiración y en la resistencia hacia lo popular.
Ello explica los hechos que ocurrieron luego del triunfo del
movimiento armado y de la toma del poder por la oligarquía (golpe de Estado).”