Ceocracia

"El Gran Negocio de la AFP en Chile" por Ernesto Prieto





Durante el año 2016 el pueblo de Chile dio una potente muestra de hartazgo y rechazo respecto de uno de los principales emblemas legados por la dictadura militar de Pinochet: el sistema de Administración Privada de los Fondos de Pensión (AFP). Cientos de miles de personas -entre 750.000 y 1.000.000-, concretaron tres marchas en ciudades de todo Chile con la consigna “No + AFP” (cuyo equivalente en Argentina fueron las Administradoras de Fondo de Jubilaciones y Pensiones –AFJP-).



En Chile, este sistema jubilatorio fue impuesto bajo el último régimen de facto en los albores de los años 80, a propuesta del por entonces Ministro de Trabajo y Previsión, José Piñera, hermano del ex presidente Sebastián Piñera, e ideado junto a un grupo de economistas chilenos formados en la Universidad de Chicago, cuyo Departamento de Economía era dirigido por el padre del pensamiento Neoliberal, Milton Friedman.

El gobierno entregó a los Chicago Boys, tal el nombre amistoso que se le dio a este grupo de Economistas, vía libre para que aplicaran sus recetas económicas Neoliberales, convirtiendo a este pequeño país del Sur en un laboratorio a prueba de las teorías de esta corriente de pensamiento económico.  En los años que siguieron, Friedman puso como ejemplo de prosperidad a Chile, hablando del “milagro chileno”, en tiempos en que se los llamaba “Los Jaguares de América”, dado que mostraban índices macroeconómicos similares a los de países del Sudeste Asiático, a los que se llamó “Tigres del Sudeste Asiático”, lo cual sirvió de propaganda para luego reproducir el sistema chileno en distintos países, tanto de la región como fuera de ella. A Argentina le llegó el momento en el año 1993, durante el gobierno de Carlos Saúl Menem y su Ministro de Economía, Domingo Cavallo.

Transcurridos más de 30 años de su entrada en vigencia, los efectos de este sistema de jubilación pueden considerarse como nefastos, esta es la principal razón por la que gran parte del pueblo salió a la calle a decir NO + AFP.

Una muestra cabal de esta calamitosa realidad,  es que el 91% de las jubilaciones por edad que pagan las AFP, no llegan a los $156.000 (u$s231), muy por debajo del  Salario Mínimo Nacional que asciende a los $257.500 (u$s381) (según un estudio de la Fundación Sol de Santiago de Chile). Si además, consideramos los aumentos en la expectativa de vida y los magros montos que, se sabe, acumulan los trabajadores en actividad, el futuro del sector pasivo se ve más oscuro aún.



¿Por qué  nos debe preocupar esta situación?

 Principalmente porque la problemática o padecimiento que sufra cualquier pueblo o ser humano no puede sernos ajena, más aún cuando se trata de un pueblo hermano como el chileno, con el cual compartimos historia, luchas, innumerables lazos familiares y una permanente y fluida relación social, cultural, comercial y económica.

Por otro lado, el tema de la privatización del sistema de jubilaciones y pensiones no es un tema menor en la Argentina ni mucho menos lejano. Sólo con la decisión, coraje y acción política de la presidenta Cristina Fernández fue posible en el año 2008 re-estatizar los fondos que fueron privatizados en el primer gobierno de Menem

Tampoco nos es lejana esta problemática, porque el actual gobierno está dando pasos apresurados, tendientes a generar un escenario que termine “justificando” un regreso al sistema de capitalización es decir, están preparando el terreno. La Ley de Reparación Histórica es el primero que se da en esa dirección, aunque más que paso parece un salto al vacío. Según varios expertos en el tema, el flujo de dinero que demandará el pago de la deuda que el Estado adquirirá con los jubilados que litigaron contra él, hará que pronto el sistema colapse ya que no alcanzarán los recursos   que en principio se considera utilizar para afrontarla.



Estiman que aún, cuando el Blanqueo de Capitales aprobado sea un éxito, los recursos que ingresarán al fisco en concepto de impuestos por los capitales declarados, serán recaudados por única vez y no serán suficientes para financiar el incremento de los haberes jubilatorios mensuales que se deberán pagar por el reconocimiento de esta deuda.  

Si a este panorama poco promisorio, agregamos que la flamante Ley posibilita la liquidación de las acciones y bonos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que anteriormente eran intocables, además de la creación de un Consejo de Sustentabilidad Previsional, cuyo objetivo será la elaboración de un proyecto de ley que proponga un “nuevo” régimen previsional, se avizora un futuro muy cercano en el que las condiciones serán las propicias para que el Macrismo termine justificando ante la opinión pública la “imperiosa necesidad de privatizar los fondos de pensión y jubilación, ya que el Sistema de Reparto es inviable”. Y es justamente esto lo que no podemos dejar que ocurra, sobre todo al contar con el  fundamento del ejemplo chileno, el mismo que en su momento los defensores de la “privatización total” utilizaron para ser replicado, pero que en la actualidad nos muestra muy claramente cuales son las consecuencias negativas que producen sobre las mayorías populares de un país, la aplicación de las insensibles políticas económicas Neoliberales.

No es necesario hacer proyecciones, ni pronósticos, no es necesario especular, sólo tenemos que ver y escuchar el reclamo que se ha levantado con fuerza en el hermano país.

Ahora que se ha visibilizado el drama que viven los jubilados chilenos como así también las magras expectativas que les ofrece el futuro, ahora que viendo las artimañas que utiliza el gobierno de Macri para llevar al sistema de reparto a una situación crítica que luego les permita mostrar como única salida la privatización de los fondos jubilatorios.

Ahora que debemos mantener una posición firme y contundente de rechazo ante cualquier intento de cambio del actual sistema de jubilaciones… y es ahora que adquiere una mayor dimensión e importancia Cristina, porque tuvo el coraje para ejecutar las acciones políticas que liberaron al pueblo argentino del negocio de la jubilación privada.

Por todo eso, valoremos lo ganado y no permitamos el retroceso al que nos está empujando el actual gobierno:    

¡Ni un paso atrás! 
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