“Todo planteo para la lucha debe partir del conocimiento de nuestra situación de país semicolonial, integrante de un continente semicolonial. La crisis económica, política y social que los sirvientes de la oligarquía terrateniente argentina y de la Gran Bretaña crearon y desarrollaron hasta sus últimas consecuencias a partir de setiembre de 1955, se descarga en una “solución” a costa de las grandes masas populares”
J. W. Cooke

Desde 1492 en adelante la lógica colonial y el despojo capitalista se hicieron carne en las latitudes del “sur”. América Latina y sus antiguas comunidades originarias fueron obligadas al exilio de la vida humana y condecorada con las fotos delfolclorey el recuerdo. Las venas latinoamericanas abiertas y el chorro de sangre de sus pueblos campesinos, indígenas y trabajadores urbanos no han parado un minuto de tanta hemorragia. Argentina nunca fue la excepción a la regla.
Maldito Peronismo:

El peronismo es un fenómeno de lucha económica y política:

Políticamente, es la nomenclatura que adquirieron los sectores populares y la clase trabajadora en la Argentina que se sentía más europea que latinoamericana. Es un movimiento de conciencia elevada de las masas negras, sucias y feas del país colonial, que ahora consideraban ser merecedores de descanso, respeto, salud y educación en un país de patrones rígidos y de ricos con herencias abultadas. El peronismo es un hecho maldecido por las clases dominantes de nuestro país y por la política burguesa que ahora nos gobierna.
Como es un fenómeno político, la lucha de las clases en este sistema (que no es otra cosa que la pelea de los muchos de abajo, para que los pocos de arriba resignen sus lujos y así el resto podamos compartir el pan), también tomó forma de peronismo en los años de la Resistencia. A ese peronismo insumiso del que Cooke nos hablaba se le oponía la economía y la política de la elite nacional, como forma de superestructura cultural, que no estaba dispuesta a resignar privilegios ante la avalancha desprolija de tanta cabeza morena y cara curtida al sol-según Cooke la Unión Democrática fue el nombre electoral que tuvo la elite de aquellos años-.
Nuestra lucha política actual
El presente es imperfecto. Los nombres políticos de las clases altas argentinas se presentan por vía electoral, son “progresistas y republicanos” –como lo es su mejor ministro de finanzas- y vuelven con mayor sofisticación a darle “soluciones” a las masas trabajadoras para que su futuro sea más venturoso, aunque se trate de cercenar su presente. Cambiar, cambiemos…
Ahora la salida es individual, no hay negación del liberalismo argentino, al estilo cookeano, porque ahora la economía hace directamente la política: las corporaciones económicas colonizaron la estructura política del Estado, hoy más que ayer. En los próximos meses veremos el desfiladero de los Fondos Monetarios y los Bancos del Mundo explicando cómo amarrar el cinturón de nuestros pantalones gastados y llenos de agujeros, para no sentir tan fuerte el enmagrecimiento de nuestros salarios y nuestras pocas alegrías que van como por un tubo a alimentar grandes financistas nacionales y externos.
Una razón más a favor de Cooke: nuestro compañero llamaba “burocratización” a esa incapacidad del peronismo y de las organizaciones populares, de dar el salto a la defensa irrestricta de los humildes y las masas populares. Una más en nuestra contra: parece que algunos de los peronismos de oposición, los liderazgos políticos y los sindicales optan por la comodidad de mantener sus privilegios seguros, antes que por la inseguridad de la defensa del pueblo pobre que trabaja y no llega a fin de mes…
La tarea una vez más será de la formación y el despliegue de los movimientos sociales y populares para enfrentar nuestra situación de país semicolonial. En eso nos encontramos hace varios meses y años ya.