Hay un
robo descarado de nuestras ideas, pensamientos, sentimientos y palabras.
Hay un saqueo sistematizado de nuestra alegría. Cada día nos quedamos con menos. Podría decir
que me siento decepcionada, cansada, frustrada. Dolida. Lo estoy.
Podría decir que soñé que a mis años,
estos años, viviría con la felicidad de estar todos junt@s, unid@s zambullid@s en un mundo justo, equitativo,
igualitario, alegre, amoroso, que viviría
una vejez tranquila, feliz, idílica, que
eso sería hoy. No lo es.
Podrían absolutamente etiquetarme de
utópica. Sí. Lo soy. Reconozco, me han fallado algunas de mis intuiciones. Están
asesinando mujeres, en el mundo, en Argentina, en Mendoza. No intuí esta fuerza
depredadora de la felicidad que hoy inundó el aire.
Me podrán decir: “Bueno siempre ha habido mujeres golpeadas, mujeres asesinadas, por sus
parejas, ex parejas, padres, o algún loco misógino que le excita violar y matar
mujeres”. Podrán decirme siempre ha habido niñas abusadas por sus padres,
abuelos, tíos, algunas toqueteadas, manoseadas y/o violadas. ¡Creí que tanto de lo que hemos hecho, dicho, y escrito sobre este tema germinaría en mujeres
guerreras, locas empoderadas que lo gritarían, que al primer indicio de tanta
imbecilidad masculina pararían el carro
a tiempo! El carro no paró.

Respondimos con acciones y esperanza
salvaje, SI TOCAN A UNA NOS TOCAN A
TODAS. Salimos a la calle vestidas de negro, corriendo aguerridas, haciendo
performances, gritando ¡Por nuestras muertas, toda una vida de lucha! Fuimos
muchas. No todas. Pero muchas fuimos el
30% de las mujeres. Luego nombran a un juez Valerio, misógino, homofóbico y de
ultra derecha conservador. La mesa está servida señores. Las mujeres, gritamos
en el poder judicial ¡Fuera Valerio! ¡No a Valerio!!! hasta quedar roncas, lloramos, nos abrazamos mas
allá de los partidos políticos. Pero Valerio es juez.
Milagro Salas, indígena, líder social,
diputada del Parlasur, militante social, organizada en cooperativa levantó
barrios con casas dignas, un polideportivo, un hospital, un teatro, una
escuela, cabeza indiscutible de una
organización social la Túpac Amaru. ¿Quién fue Túpac Amaru? Un indígena que se
rebeló y organizó a los indígenas (mucho más que estas mezquinas palabras). Marchamos,
firmamos petitorios. Gritamos ¡Libertad a Milagro! ¡Libertad a Milagro! Pero Milagro
siguió presa. Presa, presa, presa, en prisión. ¿Por qué? Porque se sospecha que
malversó los fondos. ¿Quién sospecha? ¿Quién la mete en prisión? Un señor que
es gobernador de su lugar Jujuy. Empresario líder de empresas inmobiliarias de
ultra derecha misógino, conservador. La ONU dictaminó libertad inmediata a Milagro
Salas. El gobernador de su lugar Jujuy respondió “NO VOY A LIBERAR A ESA MUJER”…Ah ¿Con que a esa mujer, eh? Milagro ¿Está sentenciada? ¿La
van a matar también? ¿Qué poder de Milagro quieren matar?

¿Qué poder de nosotras quieren matar? Desde
la calle oigo voces de mujeres jóvenes, ríen a carcajadas. ¿Se darán cuenta que algo, alguien, álguienes nos está acechando?
Tiempos estos, en que los obreros, los
trabajadores, con títulos o sin títulos, los asalariados también están
acechados: hay despidos, no hay paritarias. Viven de créditos, préstamos y
tarjetas de créditos, algunos apenas sobreviven, a diario se cierra fuentes de
trabajos hay muchos despedidos. ¿Qué quieren matar de la gente que trabaja?
Recuerdo una frase de María Elena Walsh
“Quien
no fue mujer ni trabajador piensa que el de ayer fue un tiempo mejor
y al compás de la nostalgia hoy bailamos por error”. Claro María Elena escribió esto en un tiempo que habíamos logrado
muchos derechos, casi todos. Si hoy viviera quizás diría. Estoy decepcionada,
frustrada, cansada, dolida. “Nos acecha un depredador oscuro”.
Porque lo entendamos o no, estamos
retrocediendo. Hay mucha gente en babia, demasiada, se regodea en el
egocentrismo, egoísmo, egotismo, que es la estimulación recibida por este
sistema, suenan las sirenas, hay viento solar, hay individualismo mezquino, hay
una mirada obsesiva hacia el propio ombligo mientras el mundo se cae a pedazos.

Quiero que hagamos la locura de
auto-rescatarnos para que no nos maten más, ni siquiera un pedacito de nosotr@s.
No nos quedaremos con nada menos de lo que logramos, nada menos, ni una palabra
menos, NI UNA MENOS.
Lo que es inherentemente nuestro, es
nuestro: la alegría, la capacidad de cambiar, el poder de poder, el disfrutarnos
junt@s y unid@s ¡es nuestro! La vida libre y gozosa compartiendo con nuestros hermanos y hermanas diversos y
diversas ¡es nuestra! Gilda ¡es nuestra!, “No me arrepiento de este amor” que ¡es
nuestro!
¡Basta de matarnos! ¡Basta de robarnos! Y ¡Basta, nosotr@s, de
dejarnos!!!!