Desde el primer momento nuestra patria, la chica y la grande, pelea por lograr su definitiva independencia. Esta lucha, que está por encima de las dicotomías europeizantes de "izquierda vs. derecha", es entre el Pueblo por un lado, y el Imperialismo y sus necesarios agentes autóctonos por el otro. Esta contienda se ve plasmada en varios 'campos de batalla' y la Universidad, por su calidad de 'usina de pensamientos', es uno de ellos.
Existen en nuestra corta historia como nación tres momentos en donde el pueblo argentino irrumpió en las universidades; donde la universidad abrazó al pueblo y donde ésta estuvo congeniada en un proyecto de índole nacional:
La política universitaria del gobierno del General Juan Domingo Perón; poniendo la UBA al servicio de los Planes Quinquenales.
El intento de desarrollar la Universidad Nacional y Popular bajo el gobierno de Cámpora;
Y las enormes conquistas logradas bajo las presidencias de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández; que llegaron de la mano de un aumento en la inversión en Educación -alcanzando un 6,47% del PBI-, del aumento en más de 5 veces del presupuesto destinado a la educación universitaria, de la sanción la nueva ley de Educación Nacional, de la creación de más de una decena de nuevas Universidades Públicas, del aumento del salario docente universitario, del otorgamiento de miles de becas universitarias, etc.
En contraposición a estos avances, nos encontramos hoy ante un proceso de claro corte neoliberal y excluyente que -encabezado por un Mauricio Macri que hace unos años se preguntaba: “¿qué es esto de universidades por todos lados?”- en apenas 3 días de gobierno publicó el Decreto 13/2015 que busca reestablecer normas del menemismo como el Pacto Federal Educativo y la Ley Federal de Educación y que, aún más grave, redujo el presupuesto educativo a la mitad.
En esta hora histórica, debemos poner todas nuestras fuerzas en retornar a la senda que caminamos estos últimos años: la de seguir creando universidades que se encuentren al servicio del Pueblo y de la Nación y no que velen por los intereses de las minorías entreguistas. La universidad, en su relación con los aportes a la formación de una conciencia nacional, constituye una pieza clave de las luchas del pueblo por la construcción de un programa emancipador. Es por eso que todos los jóvenes argentinos universitarios, junto a todo el Movimiento Estudiantil Organizado; estudiantes, docentes, trabajadores no docentes, graduados y órganos de cogobierno; debemos ser piedra fundamental de esta defensa y que de esta manera, y en conjunto con los demás sectores de la Patria, junto a los trabajadores, a los estudiantes secundarios, a la clase dirigente y a las naciones hermanas, rechacemos otra vez y de forma definitiva las tentativas liberales de destruir lo que con tanto esfuerzo hemos construido.
