Algunas de las Causas de Stiuso
CAUSA MARTINS. Es una red de
prostíbulos que se vino armando desde la SIDE en el año 1979, entre Raúl Luis Martins
(3), Pedro Tomás “el lauchón” Viale, con la supervisión de Jaime Stiuso, con el
objetivo de extorsionar (“encarpetar”) a famosos, políticos, jueces, etc. Las denuncias contra Martins habían sido
presentadas por su hija, Lorena, en 2012. La joven denunció que su padre
lideraba una red de trata y que tenía prostíbulos en Buenos Aires y en Cancún.
También había dicho que el ex agente le aportó dinero a Pro.
La
denuncia por trata de personas había caído en manos del juez federal Norberto
Oyarbide, pero Lorena denunció que el magistrado era amigo de su padre. Durante
la feria de enero de 2012, Sergio Torres, que reemplazaba a Oyaerbide, se
declaró incompetente y el caso pasó al juzgado de Servini de Cubría.
AMENAZAS
A MIGUEL BONASSO. El
escritor y exdiputado fue amenazado por Stiuso a raíz de las denuncias de éste, en su
libro, sobre los vínculos de los Servicios de Inteligencia
con la trata sexual y los prostíbulos como denunció la Alameda.
LAVADO DE DINERO. La Procuraduría de Criminalidad Económica y
Lavado de Activos (Procelac) sumó dos reportes de operaciones sospechosas a la
causa por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y tráfico de influencias
contra Stiuso. La presentación está basada en documentación revelada por la
Unidad de Información Financiera (UIF) sobre movimientos dudosos de dinero
ligados a Stiuso y Alejandro Patrizio, Horacio García, Ricardo Saller y Silvia
Dicianni, quienes habrían participado en la conformación de una red de empresas
mientras se desempeñaban en la ex SIDE con la finalidad de lavar dinero.
Menciona a empresas como American Tape (http://www.americantape.com.ar/), donde
vincula a Stiuso con Horacio García; también a American Vial Construcciones y Tecnología,(http://www.americanvial.com/) Avícola De la Cruz SA y Cabaña Don Enrico; por ejemplo, American Tape tuvo en 2013 un crecimiento
abrupto: de 6000 pesos a 6 millones. El punto de partida de la denuncia
presentada fueron denuncias anónimas e investigaciones de La Alameda sobre una
red de trata de personas atribuida al ex agente de inteligencia Raúl Martins
(denunciado por su propia hija, Lorena Martins).
CONTRABANDO. Expediente a cargo del juez Rafael Caputo: La
SIDE cuadriplicó sus importaciones entre 2012 y 2013 (pasó de 25.329 a 92.421
kilos). En la mayoría de esas operaciones aparece Nicolás Mercado, otro agente
denunciado por Oscar Parrilli como parte de la maniobra de contrabando. Mercado
era la persona que retiraba la mercadería en Ezeiza. Además de estampar su
firma, en la documentación aduanera dejaba asentada una dirección, Araoz 1198,
donde funciona una empresa que comercializa instrumental médico y odontológico.
AMIA - NISMAN
Muchas
fuentes señalan a Stiuso, como la persona con quien Alberto Nisman tuvo fuertes
vínculos, y quien manipuló la investigación – que dirigía el finado fiscal
sobre el ataque a la AMIA - con el objetivo de desviarla acorde con intereses
de cuerpos extranjeros de inteligencia y los intereses geopolíticos de sus
respectivos países (CÍA estadounidense y el MOSSAD israelí). Debido a esto
Stiuso, debería ser imputado como encubridor.
Más allá
de las pistas instaladas por Stiuso y los servicios extranjeros (4), siempre
hubo otras hipótesis respecto del atentado a la AMIA: Olmos Gaona sostiene que el estallido se
produjo por explosivos colocados dentro del edificio y que pudo ser parte de la
misma lucha interna entre facciones israelíes que condujo al asesinato del ex
premier Yitzhak Rabin. Este trabajo es especialmente crítico con el responsable
de contrainteligencia de la SIDE, Jaime Stiuso, a quien atribuye haber
instalado la pista siria en torno de Kanoore Edul, sin elementos consistentes.
Ese es también el argumento que esgrime en su defensa el comisario Palacios,
cuya unidad antiterrorista compitió con el sector de la SIDE que conducía
Stiusso, como se hizo evidente durante el juicio oral del Tribunal Federal 5. La
otra hipótesis podemos llamarla la “pista Siria” impulsada por Carlos Escudé,
quien sostuvo que fue un atentado contra el presidente Carlos Menem al cancelar
el proyecto de venta de reactores nucleares a Siria y del proyecto Cóndor, que
fue vendido a Egipto y que, según Escudé, habría indicios que apuntan a Siria
como país planificador del atentado a la AMIA. También tenemos la pista narco de
Salinas las bombas (la de la Embajada y las dos que derrumbaron a la mutual
hebrea) se pusieron como represalia a traiciones en el tráfico de armas y drogas.
Esta versión incluye a personajes como Emir Yoma, Alfredo Yabrán, Monzer al
Kassar, Carlos Vladimiro Corach,
etc. Por útlimo tenemos al investigador independiente José Petrosino que habla
de un autoatentado perpetrado por agentes israelíes.
Ahora
bien, después de 20 años de investigaciones y muchos recursos afectados, la
gravísima denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidente CFK intentó dar
un golpe electoral estimulado desde el extranjero y también apuntalar la
versión sobre el atentado a la sede de la DAIA que se acordó en los 90
entre los gobiernos de Israel y la Argentina, con el respaldo de Estados Unidos:
acusar a Irán y no investigar la participación de Siria. En la causa
no abundan elementos que sostengan esta hipótesis, por lo cual este relato
descansa en recursos políticos y publicitarios y nada se ha avanzado en el añejo
expediente judicial. Claudio
Lifschitz (5), quien reveló las irregularidades de la investigación sobre el
atentado mientras estuvo a cargo de Galeano, señaló que detrás de la denuncia
de Nisman hubo "un contragolpe de los aparatos de inteligencia" y,
sin dar nombres, señaló entre sus autores a "personas de las que Nisman
fue vocero de sus tesis y teorías" sobre el atentado de 1994.
Alguien que también desconfiaba de la investigación de
Nisman pero luego dio un giro de 180 grados, fue el periodista y mediático
Jorge Lanata. Desde de que escribió su libro "cortinas de humo" meses
después del atentado y durante años Lanata se la pasó denunciando, que la causa AMIA era un invento y que Nisman
era un trucho. En su programá televisivo “Día D” el mediático dijo que la causa
AMIA es miles y miles de páginas de "nada". Cuando Lanata fue fichado
por el Grupo Clarín y el fiscal denunció a la presidenta, Lanata decidió que la
denuncia de Nisman era seria... A partir de entonces, a Nisman lo mataron o lo
suicidaron para callarlo por la gravedad de lo que iba a denunciar.
Luego
de estar escondido en Miami y volver a la Argentina, Stiuso se presentó a
declarar a la Justicia pero (sorprendentemente) no como posible sospechoso sino
como testigo y declaró en la justicia que al fiscal Alberto Nisman lo mataron:
"Fue por el trabajo que estaba haciendo, Cristina Kirchner le había
mandado a decir que dejara de investigar a los iraníes pero él no aceptó".
Consultado el abogado de Stiuso sobre estas afirmaciones, el mismo declaró: Stiuso no tiene pruebas directas de que a
Nisman lo mataron", para luego rematar: "Lo que tiene es una
interpretación de hechos precedentes y motivos”.
REFERENCIAS:
3) Raúl Luis Martins Coggiola, ex profesor de historia e
instrucción cívica en un colegio católico allá por los setenta, se unió a la
SIDE y la Triple A en la banda de Aníbal Gordon. Como agente de la SIDE usaba
el nombre de fantasía Aristóbulo Manghi. Se graduó en la Escuela Nacional de Inteligencia
en 1976 y actuó durante 15 años en la ex SIDE, según su hija Lorena, a las
órdenes del entonces director de Contrainteligencia Antonio “Jaime” Stiuso.
Durante su ejercicio y aún después, Lorena declaró que su padre sabía cuando
los teléfonos eran intervenidos por la justicia y así evitaba quedar
involucrado en causas de proxenetismo.
4) “Nisman nunca lo ocultó. Sabían que el peso de la
investigación lo llevaba el director de Contrainteligencia de la Secretaría de
Inteligencia, alias Jaime Stiusso, y a través de él, los servicios de
inteligencia extranjeros, especialmente de Estados Unidos e Israel.
Había
descubierto que los cables decían que Nisman recibía órdenes directas de
la embajada estadounidense de no investigar la pista siria y la conexión local
y de dar por cierta la culpabilidad de los iraníes, aunque ningún juicio se
había realizado. Que Nisman le anticipaba sus dictámenes y los fallos del juez
Canicoba Corral a la embajada con varios días de anticipación. Que una vez
Nisman llevó a la embajada un dictamen de dos carillas y que la embajada lo
mando a corregirlo, entonces Nisman volvió unos días después con un dictamen de
nueve carillas que sí fue aprobado por la embajada y recién entonces presentado
en la causa. Y que otra vez Nisman pidió perdón tantas veces por no avisar que
pediría la captura de Menem, que los diplomáticos tuvieron que escribir tres
cables distintos para dar cuenta de sus sucesivas ampliaciones de sus pedidos
de perdón y de sus promesas de que no volvería a suceder. Todo eso reflejaba
una falta de independencia del fiscal nada menos que ante una potencia
extranjera, por muy amiga que fuera, y enseguida me pareció que la información
era de indudable interés general.
Acababa de decirme que en una
causa tan compleja, en la que uno básicamente depende de lo que puedan
averiguar los servicios de inteligencia extranjeros, su información provenía de
Stiusso, ya que Stiusso era el que manejaba la relación con los servicios
israelíes y estadounidenses. Me dijo que su tarea consistía en chequear la
inteligencia en bruto que le mandaba el agente, y tratar de confirmar datos
para que se puedan judicializar, ya que no todo lo que le mandaba servía. Fue la única vez que lo vi y me lo dijo sin
conocerme. O sea, no era ningún secreto:
Stiusso manejaba la investigación.” Santiago O'Donnell - “Wikistiusso”
5) Claudio
Adrian Lifschitz, un retirado agente de inteligencia de la Policía Federal que
durante años fue abogado del ex espía de la SIDE Raúl Luis Martins
Coggiola. El legajo especial de la Policía Federal de Lifschitz era el
número 2263 y su padrino era el ex comisario y fugaz jefe de la Policía
Metropolitana Jorge “Fino” Palacios.
Lifschitz dejó su rol de espía anónimo cuando denunció públicamente, y
después en la Justicia, que el Estado construyó pruebas falsas durante la
investigación a la voladura de la AMIA. Apuntó contra el juez Juan José Galeano
y contra la SIDE. El agente de inteligencia llegó al juzgado que en aquel
entonces manejaba Galeano en junio de 1995; había sido recomendado por el Fino
Palacios. En aquel momento, el comisario se disputaba con un sector de la SIDE
la investigación del atentado. El juez lo nombró como prosecretario y Lifschitz
se metió de lleno en la causa.
En 1996 renunció a su cargo en la Justicia y tres años después, se le
denunció al juez, los fiscales y a la SIDE.“La SIDE ocultó información del
caso, creó dos causas paralelas, intervino teléfonos sin orden judicial, e hizo
desaparecer cassettes con escuchas telefónicas”, dijo Lifschitz cuando en
septiembre de 2003 se presentó a declarar en el juicio por la causa AMIA. Antes
de acusar al entonces jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, de facilitar el
supuesto pago de 400 mil dólares para Carlos Telleldín.