Pero un poco después se transformaron silenciosamente en el núcleo de la “patria financiera” cuando participaron activamente de las decisiones económicas de la dictadura militar que les permitió tener liquidez en sus empresas para derivar las divisas al exterior, tanto a inversiones de capital en otros países como a paraísos fiscales.
Contribuyeron a armar una Ley de Entidades Financieras a la medida de sus necesidades y licuaron sus deudas o directamente la transfirieron al Estado.
Es ineludible pensar que ese recorrido tiene una nueva estación cuando por primera vez en la Argentina, un empresario, miembro activo de ese grupo y protagonista de esa historia, decidió ser quien se haga cargo del Estado. Así como en los ochenta Mauricio Macri dice haberse dado cuenta de que era inevitable el colapso del Estado y que por eso decidió la reconversión de sus empresas para alistarlas para el nuevo panorama, resta entender cuál fue el motivo que lo llevó a decidir que ya no podía llevar adelante sus propósitos sólo gerenciando su holding.
En algún lugar imperceptible del camino, en el cual los grupos económicos gobernaron a través de los golpes militares, o infiltrándose en gobiernos democráticos o en partidos políticos populares, mediante sus técnicos y gerentes en el Estado o por negociaciones y acuerdos paralegales, la decisión fue que por primera vez en la historia argentina sería un miembro directo de esos grupos quien estaba dispuesto a ser presidente de la Argentina.”
(Colección: ESPEJO DE LA ARGENTINA – Editorial PLANETA – Edición 2015 aumentada y corregida – cantidad de páginas: 448.)