Libros y Literatura

"REINA MOMO, SOL DE FEBRERO" por Agustín Rosenstein





Me invade un miedo incomparable cuando pienso que podría olvidarlo, que algún día distraído olvide todo lo que he aprendido. Y todo lo que he aprendido puede resumirse en tu semblante, compañera. 



No podría explicarlo ni aunque me dieran diez vidas más, no hay forma de describir cómo ni cuándo te conocí, pero sí existen palabras para decirte que nada fue como antes desde aquel momento. Me enseñaste a ver la tierra, la gente, las ideas. Conocerte fue conocerme, fue conocer lo que hay que conocer, una estatua inamovible que acompaña mi pensamiento y mis pasiones más profundas. Tengo miedo de que te borren, compañera. Los gorilas resbalan sobre su propia baba, los excita desterrarte al olvido. Vos ya lo sabés, compañera, no podrían. Yo también lo sé, lo supe desde siempre, desde un principio. Que lo intenten cuantas veces quieran, vos me enseñaste también que en ésta tierra, por suerte, no todo se borra, no todo se olvida, no todas las heridas se curan.



Lo supe desde siempre, desde un principio. Tu boca derrama la dulzura a las sombras del árbol prohibido. Tus ojos irradian bravura en la tierra donde el sol sale para unxs pocxs. Tu lengua se derrite en babas de compasión, en la tierra donde sólo se le permite el goce al canalla, al avaro y al oligarca... 



Ahí, acá, donde nada brilla, donde todo lastima, donde siempre duele, tu sonrisa gravita como la espuma sobre la mar enojada. Siempre lo supe, desde un principio. Tu canto fue presagio, fue razón de ser para quienes ahogaron el suyo en el océano manso y adiestrado. Fuiste faro de quienes no tuvieron luz en el oscuro puerto. Fuiste principio y desenlace en los relatos de la cruz del sur, en los cuentos de la rosa de los vientos, en los viajes crepusculares de la noche más oscura. Sos todo eso y más, sos recuerdo, sos historia hecha carne y conciencia. Sos palabra en movimiento. Sos quien ha de mostrarnos que en la tierra más sombría, hay algo por lo que luchar. Que aquí hay algo y que es nuestro, por prepotencia y compromiso. 



Tu espíritu es luz de futuro para lxs que no tienen paz, tu voz es el arma de nuestra memoria popular, tu voz nos dice dulce pero tenazmente que aquí hay un pueblo de pié con una sonrisa como bandera hacia la victoria, siempre con una sonrisa. 



Aunque nuestro pueblo nunca grite victoria por mucho tiempo, tu sonrisa nos enseña que una derrota no es el fin y que una victoria es solo el comienzo, nos enseña el camino de la lucha... Lo supe desde siempre. 



Lo supe desde un principio, compañera. Tu pelo se bambalea en el compás de un pueblo que no abandona la lucha aunque lo quiebren mil veces, aunque nos quiebren una y mil veces más. Tus ojos se figuran en los míos a cada instante, no puedo quitarlos de ahí, ese es su lugar, esa es la prueba cabal de que en ésta patria sufrida pueden cerrarnos todas las puertas que quieran, pueden hacer lo que quieran con nuestros cuerpos, pero que la memoria es el único paraíso del que no pueden expulsarnos jamás. Te abrazo para siempre en nuestro paraíso, en la memoria de nuestra lucha por una patria más hermosa, más parecida a vos, compañera.






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