Estábamos ahí… frente a frente… él proponiéndonos un sueño y nosotros cansados de juntar jirones de esperanza para llegar a fin de mes, hartos de escuchar a todos los que habían demostrado no tener consideración alguna por los de nuestra clase, nosotros los pobres, los negros, los laburantes, los jóvenes, los viejos, las mujeres, los niños, los argentinos...
Ahí estaba él.... No
sabíamos quién era; no podíamos ni pronunciar su apellido; la mayoría ni si quiera
lo había votado... Pero él tenía clarísimo quiénes éramos nosotros, como si nos
conociera desde siempre... sabía qué nos dolía, por qué llorábamos, sabia de
nuestros miedos, la angustia diaria de no tener para darles de comer a nuestros
hijos, sabia de los solos que nos sentíamos y de nuestro desamparo, él reconocía
en cada uno de nosotros el esfuerzo que hacíamos por sobrevivir...

Los que nos habíamos
arrastrado para sobrevivir en los "noventa" no le creíamos. Nos resultaba utópico
su sueño y él lo sabía, entonces se sacó la corbata, se arremangó y empezó a
trabajar. Con esas convicciones que no estaba dispuesto a abandonar se enfrentó
al Fondo y nos liberó de las cadenas que nos ataban a la miseria, bajo un
cuadro y nos devolvió nuestra memoria y nuestra historia. Nos dio las
paritarias y con ellas recuperamos la dignidad de trabajar. Se reunió con
Chávez, con Lula y nos hablaron de una Patria Grande. Y así de a poquito paso
por paso - sin darnos cuenta - esa utopía se
hacía sueño y ese sueño se nos hacía realidad...
Éramos pocos, pero empezábamos
a creer en nosotros, después de las picanas, la híper inflación, la bicicleta
financiera, las privatizaciones, el corralito, los saqueos, el "que se vayan
todos", después de años de angustia e incertidumbre estábamos ahí, trabajando
para la Patria, siendo protagonistas de la historia.
El entusiasmo por
aquellos años era contagioso; las ganas de soñar nos despertaba de a puñados.
Ver para atrás nos daba vértigo... el fantasma de los noventa nos pisaba los
talones, teníamos miedo; pero él nos animaba para continuar. Estaba al lado de
cada uno de nosotros, acompañándonos. Y entonces uno que era un “don nadie” de
pronto se sentía importante y con derechos y con ganas de hablar porque
sabíamos que nos iban a escuchar, y su coraje me daba coraje y ya no queríamos
dejar de soñar.

Con su partida nos dejaba algo más que la tristeza enorme de su ausencia, también nos dejaba ese sueño que nos vino a proponer.
¿Qué por qué después de
seis años lo quiero homenajear?
Él creyó en mí, se puso a luchar por mi futuro antes que yo me animara. Me devolvió la Patria, la dignidad, la memoria, mis derechos, los sueños y el fututo. Ese hombre cambió mi historia y la de los argentinos. Después de él ya nada fue igual, yo no soy igual, los argentinos no somos los mismos. Ese día en la plaza, compramos una chapita que decía “Vos también podes ser parte de la historia”, ese fue su mayor legado, recordarnos que estamos vivos y que de nosotros depende el destino de la Patria. La historia la hacemos vos y yo.

Debo confesar que hay días en que el desánimo me quiere ganar; pero entonces yo miro al cielo con los ojos nublados y me digo, “al Flaco vos no le podés fallar” y recuerdo ese coraje que él tenía y salgo a la calle a luchar…
Néstor no se murió, te lo aseguro, Néstor es Pueblo y el Pueblos es Néstor.
Néstor… Néstor soy yo.
Él creyó en mí, se puso a luchar por mi futuro antes que yo me animara. Me devolvió la Patria, la dignidad, la memoria, mis derechos, los sueños y el fututo. Ese hombre cambió mi historia y la de los argentinos. Después de él ya nada fue igual, yo no soy igual, los argentinos no somos los mismos. Ese día en la plaza, compramos una chapita que decía “Vos también podes ser parte de la historia”, ese fue su mayor legado, recordarnos que estamos vivos y que de nosotros depende el destino de la Patria. La historia la hacemos vos y yo.

Debo confesar que hay días en que el desánimo me quiere ganar; pero entonces yo miro al cielo con los ojos nublados y me digo, “al Flaco vos no le podés fallar” y recuerdo ese coraje que él tenía y salgo a la calle a luchar…
Néstor no se murió, te lo aseguro, Néstor es Pueblo y el Pueblos es Néstor.
Néstor… Néstor soy yo.